viernes, 27 de julio de 2012

Twitter no somos todos

Es arriesgado sacar este tema porque se que estoy en minoria aparante y me parece desatar la caja de los truenos virtual, pero creo que otra visión puede ser interesante.

Es innegable la presencia de Twitter en la sociedad de hoy en día, por no hablar de los medios de comunicación. Parece que por una vez se le ha dado la voz al pueblo y este va a ser escuchado y comprendido. Yo no lo creo.
Twitter es una red social que ha tenido su auge gracias a los smartphones que permiten conectarse a Internet allá donde estés. Para los que vivan en otra galaxia, explicaré que Twitter es una red de microblogging, es decir, que la gente puede poner mensajes que ve todo el mundo siempre y cuando no pasen de 140 carácteres. También se pueden añadir imágenes y vídeos. Para seguir aclarando conceptos, diremos que lo mejor de Twitter es un ránking de los temas que más se están mencionando en la red. Se llama trending topic, y son palabras o frases que están siendo usadas por los usuarios. Puedes conocerlo a nivel mundial, por países o incluso por ciudades. Bien, dicho esto me gustaría analizar las funciones báscias que tiene Twitter:
-Expresarse. A todo el mundo le encanta dar su opinión y que se le escuche; así que en Twitter puedes poner lo que quieras sobre el tema que quieras. ¿Pero alguien realmente lo lee, le importa verdaderamente a alguien?
-Quejarse. Demostrado queda que Twitter es el lugar perfecto para que los internautas saquen su rabia contra lo que sea.
-Exponer la intimidad. La afición favorita de muchos tuiteros en narrar casi al minuto lo que hacen en su día a día, como si de un acontecimiento de vital importancia se tratase.
-Estar más cerca de los famosos. Una de las cosas que le ha dado verdadera fuerza a Twitter es la presencia de famosos que también sienten la necesidad de contar su vida por Internet. Permite además a los fans seguirles e incluso mandarles mensajes. Esto da una sensación de cercanía y de que de alguna forma el ídolo se preocupa por sus fans, a la vez que el famoso en cuestión ve como se hincha su ego con cada seguidor que aumenta.
-Ironizar. La ironía, el chiste y el chascarrillo está a la orden del día en la red social. Por cosas insignificantes se puede organizar una oleada de tuits de mofa sobre el tema que sea. Los tuiteros más graciosos y ocurrentes se cubren de gloria y sus expectativas de ser humoristas o críticos de lo que sea se ven satisfechas.

Estas son, según mi parecer las funciones elementales que cumple Twitter. Pero me falta una. Muchos reivindican Twitter como un nuevo canal de información. Uy cuanto me chirría. Desde luego que todos los periódicos, cadenas de radio televisión y webs informativas tienen su espacio en la red social para comunicarse con sus seguidores. ¿Pero esto es realmente información?¿Se puede informar realmente en dos líneas? Esto nos lleva al gran problema de la información entre los nativos digitales, la falta de paciencia y la carencia de profundizar en los temas. En Twitter se pueden leer titulraes y ni eso. Para algunas cosas está bien y es suficiente, pero me da angustia pensar en la de gente que se queda allí y no va más allá. Una noticia no es el titular ,y mucho menos si se habla de temas complejos que requieren un análisis y una investigación profunda. Es necesario conocer unas causas, unos antecedentes, los actores, los porqués. Es escalofriante pensar en la de gente que se cree informada y realmente no sabe nada, no sabemos nada. Y qué decir de los pobres periodistas, haciendo su trabajo para que solo nos quedemos con un triste titular resumido en 140 carácteres.

Este es un problema, a mi parecer desde luego pero me inquieta mucho más el uso que se hace de este red social en los medios de comunicación. No hacemos más que escuchar hablar sobre trendings topics, twitters y seguidores como si fuera un sondeo real, una encuesta verdadera, como si dentro de esa red social estuviese la sabidría popular recogida en unos cuantos perfiles.
Es cierto que habrá personas cuya opinión merezca ser escuchada aun venga en forma de tuit, pero me niego a pensar que cualquiera con un Iphone se puede convertir el lider de opinión. No hay nada más que echar un vistazo al ránking de las tendencias para ver que una mayor parte de la comunidad de Twitter o al menos la más activa, la forman adolescentes que saturan la cuenta de sus ídolos con mensajes de amor. Es perfecto, no pasa nada, pero que no se mezcle con temas serios. Porque esta gente, u otra con la opinión igual de poco formada puede escribir sobre lo que piensa del mundo y que su opinión valga como la de cualquier otro, y tampoco es eso.

Teniendo todo esto en cuenta es importante darse cuenta de una cosa; existe un mundo más allá de Twitter. Existen millones de personas que no escriben en la red social, y muchas probablemente no sepan ni que existen. Personas que no tienen la necesidad de expresar su opinión continuamente sobre todo en un vacío, para que luego caiga en el olvido, personas que no se deshogan contra las injusticias en Internet, personas que no sienten el deseo de desnudar su intimidad ante el mundo, personas que pueden vivir sin que el móvil sea una extensión de su mano. Personas que prefieren hablar con quien tienen delante antes que con nombres precedidos por una arroba que no les pueden,abrazar, ni tocar, ni besar. Personas que prefieren una sonrisa a un retuit, personas que prefieren contar con los dedos de la mano los amigos, que por cientos los followers, personas que prefieren entrar a un bar a discutir con el de al lado, que usar un hastag. Personas que quieren contar un chiste y escuchar las risas que provoca. Personas, en definitiva que no se han olvidado de el mundo en el que viven. Cada día son menos, pero no nos olvidemos nosotros de ellas.

lunes, 16 de julio de 2012

Canción del verano, se aceptan apuestas

Estamos a mediados de julio y todavía no veo un claro candidato a alzarse con el dudoso honor de canción del verano. Tenemos varias propuestas para todos los gustos. Por un lado las regetoneras que suenan en todas las discotecas pachangeras como Rayos de sol que si no me equivoco ya tiene bastantes meses pero que resiste el paso de las estaciones. No puede decir lo mismo la ya muy rallada Ai se eu ti pego que nos alegró el invierno pero que no ha llegado en buena forma a la carrera por el primer puesto del verano. En cambio, Michel Teló puso de moda el portugués o el brasileño, como quieras y le abrió las puertas a un paisano suyo que nos está haciendo bailar al ritmo de pegadizo chechechere de la Balada Boa de Gustavo Lima. Pero dejando a parte un poco lo latino, mi favorita sin duda para sonar en todas las radios y alomejor un poco menos en las fiestas es Call me maybe de Carly Rae Jepsen. Es graciosa, fresquita, el final del vídeo es muy bueno y es una excusa perfecta para ir darle tu teléfono a la gente sin complejos.

jueves, 12 de julio de 2012

¿Y si?

Cuando aparece en la pantalla la palabra fin muchos nos damos por satisfechos, se ha cerrado el relato y el micromundo en el que hemos vivido durante dos horas ha desaparecido fundiéndose a negro, para siempre. Uno de los trucos menos aplaudidos por el espectador medio que nos ha traído el cine moderno es el final abierto. A muchos no les suele gustar tener que imaginar qué ha pasado con la historia, tener que acabarla. Parece que hemos dejado a nuestros personajes solos, desprotegidos flotando en un limbo en ese mundo que solo dura dos horas. A mí los finales abiertos me parecen un recurso fácil para no pensar mucho, pero es una opinión. De todas formas, ¿tener un final cerrado; quiere decir que acaba ahí? Si hay boda, si hay reconciliación y abrazo, si mueren los malos o si se salvan los buenos, ¿significa que está todo acabado? Para nosotros, espectadores de dos horas, sí, se ha acabado la historia como manda la regla; una película tiene inicio, nudo y desenlace y queremos un desenlace. Pero ¿y si ese mundo ficcionado siguiera su curso? ¿y si nuestros personajes siguieran viviendo sus vidas? Pues llegarían las segundas partes. En cine normalmente, las segundas partes, que recordemos nunca fueron buenas, corresponden a sagas de acción y aventuras que dan mucho dinero y a las que se quiere sacar el mayor beneficio posible, pero no se hacen por el simple placer de saber qué ha pasado. Por eso me encantan las películas de las que quiero hablar.


Antes del amanecer (1994) es una película romántica que trata del típico chico conoce chica. En este caso nuestros protagonistas, (interpretados por Ethan Hawke, Julie Delpy) se conocen en un tren, pasan una noche juntos en Viena y al final de la película deciden volver a verse. Hasta aquí todo normal, aparece la palabra fin y se diluye nuestro mundo paralelo. Hemos visto una película de amor basada en el diálogo entre los dos protagonistas, con un poco de amor pero sin empalague y aunque no nos haya entusiasmado nos vamos felices a casa. Sin embargo, puede que esa noche antes de dormir, una duda nos asalte, ¿se volverían a ver? 
Una década después el director y los actores se juntaron nuevamente y nos hicieron el mejor regalo, a nosotros y a los personajes, otra noche juntos. A diferencia de la mayoría de las segundas partes aquí han pasado los años en la vida real y en nuestro mundo imaginado, nada de envejeciemientos artificiales y ambientes recreados. Han pasado diez años para todos y la magia del cine hace que nuestros personajes se encuentren de nuevo, esta vez, en París. En Antes del atardecer (2004) les acompañamos en esta segunda cita en la que descubrimos lo que ha sido de ellos en todo este tiempo.
Aunque la película no sea el colmo de entretenimiento se ve con ganas y con una sonrisa pero, sobre todo fascina estar delante de esas segundas oportunidades que tan pocas veces se dan en la vida. Aunque llegados al final como si quisieran tomarnos el pelo vuelve a nuestra cabeza la misma pregunta que diez años atrás.¿Tendremos respuesta otra vez? Parece que sí.

viernes, 6 de julio de 2012

Carmina o revienta.

Todo el mundo está hablando de lo mismo, y es que Paco León ha revolucionado el cine, o al menos lo está intentando.
Paco León
Los pasos normales para el estreno de una película son, más o menos los siguientes: primero llega al cine y tiene la exclusividad durante unos 4 meses, duración que se ha ido acortando con el tiempo, luego pasa al DVD que tiene una exclusividad de unos 6 meses, después de esto es el turno de los operadores de televisión privada, por cable o satélite. Por último, le toca a la televisión en abierto casi dos años después del estreno inicial en la gran pantalla. Esto es así para que cada uno coja su parte cuando le toca y para que la película vaya recuperando sus gastos poco a poco. ¿Qué le pasa a este sistema que tan buenos resultados dio en su momento? Pues que le ha aparecido un competidor para muchos inesperados, pero duro de pelar. Ver la peli cuando te apetezca y gratis. Sí, sí gratis, solo tienes que gastar un poco de paciencia mientras se descarga. Si nos olvidamos del bien y el mal, no se puede negar que es una oferta inmejorable. Unos hacen películas y otros las ven sin pagar un duro. Una vez que se renuncia al cine y a sus dimensiones, qué importa verla un poquito pixelada y con mal sonido. Es con estos pensamientos cuando comienzan las peores pesadillas del cine.Y es aquí cuando aparece Paco León y decide hacer algo, que siempre es mejor que estar parado esperando.

Lo que más me llamó la atención de la película sin duda alguna fue el título. Carmina o revienta, me suena sin poder evitarlo a camina o mueres, y Paco León ha hecho un yo me lo guiso yo me lo como, y ha decidido tirar para delante arriesgando y haciendo lo que le da la gana. Se ha saltado como ha querido el sistema de exhibiciones en exclusiva y ha estrenado su peli en todos los soportes que se le han ocurrido. Es cierto que muchos cines le han dado la espalda, pero no todo el mundo es capaz de adaptarse a los nuevos tiempos. Puedes ver la peli online, en la IPTV, comprarla en DVD o en algunas salas. Todo a la vez.

Yo me niego a pensar que a alguien no le guste el cine, la pantalla gigante, el sonido envolvente, la oscuridad, las butacas; porque para mí el cine es espéctaculo y emociones. Porque no se siente igual una película en el cine que en la tele, por no hablar de la triste pantalla del ordenador. Aun así, es cierto que el cine es caro, muy caro; y hoy en día no todas las películas se merecen ese desembolso. No hay nada peor que la sensación de decepción al salir del cine, de haber tirado el dinero. Pero de la misma manera,  es impagable el estómago encogido y el nudo en la garganta cuando se encienden las luces.
El cine es mágico, pero es dificil y caro y solo algunos locos siguen creyendo en él. Seguro que muchos en la industria, la Industria misma piensan que a Paco León se le ha ido un poco la cabeza, quizás yo también lo pienso en el fondo. Pero no nos olvidemos que en algún momento a un loco se le ocurrió ponerle sonido a las películas y luego color, alguien inventó el flasback y luego el montaje paralelo y lo que fue ya el colmo, venderle las películas a las televisiones. No nos engañemos, que en su momento todos fueron un poco locos pero; quizás ellos también pensaron: carmina o revienta.
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